Dos fechas, dos hitos en el Retiro

El domingo 23 de octubre de 2022 se cumplen los aniversarios de la inauguración del Paseo de Coches y el Ángel Caído

JESÚS DUVA. Madrid, 21 de octubre de 2022


El Paseo de Coches

El 22 de octubre de 1874 el duque de Fernán Núñez se enorgullecía con la aristocracia de la solemne apertura del Paseo de Carruajes en Retiro. El mismo día, pero de 11 años más tarde, fue inaugurada la famosa escultura del Ángel Caído. Dos acontecimientos que suponen dos hitos en la historia viva del parque.
La construcción del paseo de Carruajes, partiendo de la Puerta de Madrid, estuvo rodeada de polémica porque supuso la tala de miles de árboles y el cegamiento del canal navegable que se había usado durante los reinados de los Austria. Ese canal nacía en el Estanque Grande y llegaba, a través de lo que hoy es el Paseo de Coches, hasta la glorieta que acoge la fuente del Ángel Caído, cuya estatua fue también promovida por el duque.
La construcción del paseo de Carruajes, destinado a que por allí pudieran lucirse los nobles en sus carrozas, costó al erario municipal unas 110.000 pesetas, casi la mitad de las cuales fueron aportadas por el aristócrata, que era un hombre muy principal, pero también un hábil negociante. Cada paseante debía pagar un peaje de 2,50 pesetas al día por carruaje o caballo, lo que le aportó unas buenas ganancias.
Manuel Falcó d’Adda, que así se llamaba, era hijo del príncipe Pío de Saboya, había nacido en Milán, y se convirtió en duque por su matrimonio con Pilar Osorio y Gutiérrez de los Ríos, la duquesa de Fernán Núñez. A lo largo de su vida fue senador, embajador en París, concejal y comisario del Retiro.
Con el correr de los años, los landós y las calesas fueron sustituidos por vehículos a motor que irrumpieron con sus humo en ese pulmón de la ciudad. Una auténtica aberración a ojos del siglo XXI. Afortunadamente, el alcalde Enrique Tierno Galván acabó con aquella barbaridad que confería a los hermosos jardines un aspecto de descomunal aparcamiento. Claro que antes de eso, el paseo fue también escenario de todo tipo de competiciones de automóviles, motos, ciclistas…
Hoy, el Paseo de Coches o de Fernán Núñez no sólo lo utilizan los viandantes, sino también patinadores, ciclistas, usuarios de patinetes y otro tipo de artilugios mecánicos que en ocasiones suponen un auténtico riesgo para los miles de visitantes. Sería deseable una buena regulación del espacio por las autoridades.

La estatua del diablo

El 23 de octubre de 1885, la reina regente María Cristina de Habsburgo inauguraba el conjunto monumental del Ángel Caído, es decir, Lucifer, cedido por el Estado a la Villa de Madrid a condición de que se le dotara de un pedestal digno. Fue erigido cerca del solar que ocupase la fábrica de Porcelanas de la China.
El hermoso modelo escultórico, que recoge el momento en que el ángel malo es expulsado del Cielo, había sido realizado en escayola por Ricardo Bellver, durante su pensionado en Roma, como un homenaje al poema épico El Paraíso Perdido de John Milton. La Academia de Bellas Artes de San Fernando propuso al ministro de Estado que se reprodujera en mármol o bronce y el propio rey Alfonso XII decidió sufragar los gastos de su fundición, facilitando su presentación en la Exposición Nacional de 1878, donde obtuvo la Medalla de Primera Clase.
La ejecución del pedestal corrió a cargo del arquitecto Francisco Jareño y Alarcón. Con forma de pirámide truncada, de planta octogonal, tiene ocho carátulas de bronce que representan a diablos que sostienen lagartos, sierpes y delfines.
Hay muchas personas que creen que es la única estatua dedicada al demonio. No es así. Aunque es una de las pocas que hay en el mundo. Mick Jagger, cantante de los Rolling Stones, no pudo resistirse a la tentación de fotografiarse ante la estatua en mayo de 2002. Por algo es el líder de Sus Satánicas Majestades.


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